Autor: John Green
Editorial: Nube de Tinta
ISBN: 9788415594444
Precio: 14'95 €
Antes: Miles ve cómo su vida transcurre sin emoción alguna. Su obsesión con memorizar las últimas palabras de personajes ilustres lo lleva a querer encontrar su Gran Quizá (como dijo François R
Buscando A Alaska narra cómo un
chico llamado Miles, que está cansado de su aburrida vida, se muda a un
internado y hace nuevos amigos. Entre esos amigos se encuentra la fascinante y
misteriosa Alaska, de la que queda enamorado al instante.
Miles es un chico algo aburrido y
bastante delgado, lo que hará que su compañero de habitación le apode “Gordo”.
Miles tiene una extraña afición: le gusta saber las últimas palabras de las
personas. La principal razón por la que se muda nuestro protagonista es la
búsqueda de un Gran Quizá. Esto le llevará a vivir miles de aventuras y a
sentir cosas que nunca antes ha sentido.
Los amigos que hará Miles serán:
Chip “el Coronel”, su compañero de habitación, Takumi, un chico japonés, Lara,
con quien mantendrá una pequeña relación, y la alocada Alaska. Todos ellos diferentes
y únicos.
Miles se sentirá atraído por
Alaska desde el momento en el que se conocieron, pero ella tiene un novio al
que quiere así que Miles no tiene ninguna posibilidad. Además, Miles se
interesará cada vez más en averiguar todos los misterios que rodean a la chica.
El libro se divide en dos partes:
un antes y un después. Después de “el accidente” (lo pongo entre comillas
porque no quiero spoilear qué es lo que ocurre, no os estoy diciendo que no se
tratase de un accidente), Miles y el Coronel se culparán a sí mismos de lo
ocurrido y querrán descubrir si de verdad se trató de un accidente o fue algo
provocado. Me molestó que tardasen tanto en descubrir hacia dónde se dirigía
Alaska cuando “el accidente” ocurre porque yo me lo imaginé desde el principio
y ellos tardan una eternidad.
Si hay algo que no me ha gustado
del protagonista ha sido su obsesión por contar las capas que lo separan del
cuerpo desnudo de una chica y tampoco que sólo pensara en sí mismo después de
que ocurriese “el accidente”, cosa que sus amigos también se lo dicen.
Si bien con este libro muchas
personas han llorado, yo no lo he hecho. No porque algunas cosas no me pareciesen triste sino
porque algo ya sabía y porque “el accidente” ocurre demasiado rápido (no al
principio del libro sino rápido).
Con Buscando A Alaska los
sentimientos, desde risas hasta frustración, están asegurados así que, si estás
buscando una novela que te haga sentir, Buscando A Alaska está recomendado.